La frase del día: "No me gusta salir a un escenario y que digan que soy clavada a otra cantaora" Argentina

lunes, 21 de enero de 2008

El alma de un artista que ha llegado muy lejos

Sanlúcar es uno de los guitarristas más importantes que ha dado el flamenco. Revolucionario de la música. Guía y conductor de la guitarra flamenca contemporánea. Abrirá el próximo 29 de enero el ciclo Flamenco viene del Sur en el Teatro Central. Todo un lujo para los buenos aficionados a las seis cuerdas.
Sin duda alguna, Manolo Sanlúcar ha revolucionado la guitarra en las últimas décadas. Su inmensa creatividad y su continua búsqueda de nuevas posibilidades para su instrumento, la guitarra, le han llevado a crear obras que lo sitúan como una referencia imprescindible. Una de sus grandes aportaciones es su constante empeño y su permanente búsqueda para integrar el flamenco en la música orquestal. Con una impresionante técnica, que nunca pierde contacto con la improvisación, no hace del virtuosismo una meta en sï, sino que lo sublima para lograr comunicar profundas cualidades emotivas.

Nacido en Sanlücar de Barrameda en 1943, con siete años comenzó a tocar la guitarra ya que su padre, Isidora Múñoz, era un guitarrista aficionado. Ya a esa edad temprana se le empezaron a notar cualidades especiales, hasta que a los catorce años se profesionalizó, yéndose a tocar con la compañía de Pepe Marchena y siendo amadrinado artïsticamente por Pastora Pavón. A partir de aquí, empezaría a tocar con figuras como Antonio Mairena, La Paquera o Aguetas. No había cumplido todavía veinte años, cuando compuso su trilogía Mundo y formas de la guitarra, con la que alcanzó su mayoría de edad artística. A partir de entonces, empezó a investigar el enorme abanico de posibilidades que le ofrecía la guitarra. El tema Caballo negro se convirtió en una melodïa de éxito internacional. En obras como Trebujena, Medea, Soleá y Aljibe se fue acercando hasta el sinfonismo, en su empeño para que una orquesta no sólo pueda acompañar a un guitarrista flamenco sino que pueda tocar con el sentido que tiene una soleá.

Fuente. Flamenco viene del sur. Grupo Joly.

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martes, 1 de enero de 2008

Una geografía flamenca para 2007

El año se cierra con sendos galardones institucionales de rango máximo, los Premios Nacionales de Música y Danza respectivamente, para dos de nuestros más destacados intérpretes, Miguel Poveda y Manuela Carrasco.
Empecemos pues por lo institucional: ¿es lo propio, que la institución oficial llegue a la realidad tiempo después, años en lo que se refiere a Carrasco, que el público? En el caso del flamenco ha sido siempre así, salvo raras excepciones. 2007, sí, ha sido el de consagración de Miguel Poveda, aunque ‘Tierra de calma’, el espectáculo con el que ha girado en los últimos doce meses, no sea su mejor obra. Más me ha gustado ‘Sin Frontera’, con el que cerró el año en varios teatros de nuestra geografía, incluyendo su apoteósica representación en La Maestranza sevillana. Puerta grande, en efecto. Entonces, tiene sentido un premio, aunque el razonamiento con el que el Ministerio de Cultura acompañaba su elección, “por su fructífero diálogo con otras manifestaciones musicales” me suena más a necesidad de justificarnos que a compromiso con este arte. Miguel Poveda es un gran cantaor, uno de los mejores, desde hace diez años aproximadamente, en que alcanzó su madurez como intérprete. Pues eso es ante todo Poveda, un fenomenal intérprete flamenco. Ahí es nada. En la Bienal de Málaga en Flamenco presentó el fallido proyecto ‘Por los caminos que van’. Y es que no se puede estar inspirado siempre. La inspiración exige de serenidad, calma, la que no ha tenido Poveda este año de tantos conciertos.
Se está convirtiendo en una tradición. En su segunda convocatoria la Bienal de Málaga se consolida gracias a la dirección artística de José Luis Ortiz Nuevo. La tradición es hablar de Málaga en los años impares. En Málaga se han presentado las propuestas más interesantes del año: Mayte Martín (‘Cuando llega la noche’), Miguel Ochando y su ‘Memoria’. Y Rocío Molina. Rocío ha presentado un nuevo espectáculo en 2007, ‘Por el decir de la gente’, y ha girado otros tres estrenados en años anteriores: ‘El eterno retorno’, ‘Almario’ y ‘Turquesa como el limón’. Este último se estrenó en 2006 en el pequeño Teatro Pradillo madrileño, pero en 2007 se ha podido ver en escenarios de más trascendencia, como el ciclo ‘Jueves Flamencos’ de Sevilla. Es su obra más personal, al alimón con su compañera Laura Rozalén. Un desnudo integral artístico, que siempre es personal obviamente. Es su mejor obra hasta la fecha, junto a ‘Por el decir de la gente’, un proyecto representado en el Torcal de Antequera con cuatro cantaores extraordinarios, articulado sobre los estilos flamencos sin guitarra: romances, tonás, tonás campesinas, martinetes, carceleras. La austeridad de la forma contrasta con la lujuriosa coreografía. Estos dos espectáculos nos obligan a decir que 2007 ha sido el año de Rocío Molina.
En lo que se refiere al ámbito de la danza, el panorama se completa con algún apunte en torno a la tendencia de los últimos tiempos, en que los espectáculos flamencos ganan dimensiones escénicas y dramáticas. Más teatro flamenco. En este sentido lo más interesante se llama ‘Tejidos al tiempo’ de la bailaora sevillana Choni. El acierto es combinar la danza abstracta flamenca con los aspectos más físicos del teatro contemporáneo, incluso con elementos circenses.
En el cante me quedo con el concierto que Morente ofreció en La Unión, un recital sobrio y emotivo, lo mejor del Festival de las Minas de este año, a mi entender, junto al merecidísimo homenaje que recibió el maestro Chano Lobato. También en La Unión pudimos ver un gran recital de Rocío Molina. Los principales galardones del festival fueron para dos granadinos, Juan Pinilla y Patricia Guerrero, gran apuesta del baile femenino, y un sevillano, Juan Campallo. Por cierto que, hablando del cante de las minas, 2007 fue el año de la despedida para el que fue uno de sus máximos representantes contemporáneos, Pencho Cros. También se nos fue hace pocos meses Diego Rubichi ese cantaor jerezano de voz dolorida, un hilo de dulce color, que al fin se quebró. En la danza, desparecieron el mejicano Luisillo y la sevillana Manuela Vargas, máxima representante de la danza teatral. Descansen en paz.
Quizá el aspecto que cierra el año con mayor déficit es uno de los más importantes. El de la divulgación. A pesar de la continua reclamación de la necesidad de un mayor conocimiento y difusión de este nuestro mejor patrimonio musical, literario y coreográfico, las instituciones (acabamos donde empezábamos), continúan inmunes a nuestras demandas. La Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco, con flamante nueva directora, echa a rodar sus talleres divulgativos y profesionales, un proyecto que fue diseñado por el que suscribe y Pepa Gamboa en la etapa del anterior director del organismo en el que la Junta de Andalucía encauza toda su inversión flamenca. Unos pasos iniciales, ya sin sus primeros mentores, tímidos pero esperanzadores. Es curioso, y da algo de rabia a los que habitamos por el sur, que los ciclos divulgativos más consolidados se sitúen todos en el norte: el ‘Aula de Flamenco’ de CajaDuero, las ‘Jornadas Flamencas Ciudad de Valladolid’ (con la colaboración del Festival Internacional del Cante de las Minas) o el curso de flamenco que dentro de ‘Els Juliols’ lleva unos años desarrollando la Universidad de Barcelona.
En este sentido de la divulgación se consolidan algunas publicaciones como ‘Acordes de Flamenco’, una empresa estrictamente privada, y se cierran programas en las televisiones públicas autonómicas como ‘Flamencos’ de Canal Sur, que, a pesar de no contar con presupuesto alguno, funcionaba bastante bien, sobre todo como escaparate de los nuevos intérpretes o ‘Flamencos con Futuro’, como se llamaba la sección incluida en el programa para promocionar a jóvenes artistas. Nacen nuevas sociedades flamencas, como ‘El Dorado’ de Barcelona o la revista ‘El Canon’ de Madrid, así como el ciclo ‘Otoño Jondo’ de Logroño.
Feliz 2008 a todos.
Fuente: Juan Vergillos (de-flamenco.com)

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El flamenco, protagonista de la edición norteamericana de Vogue


De la mano de la actriz española Penélope Cruz, el arte jondo se asoma a una de las revistas de moda mayor popularidad internacional. El reportaje de Gaby Wood, titulado ‘Made in Spain’, retrata a la artista en Madrid rodeada de motivos tan característicos como el toreo, la pintura goyesca, el mundo rural y, por supuesto, el flamenco. En una de las fotografías, captadas por Annie Leibovitz, se desarrolla una juerga flamenca en la que aparecen el cantaor Diego el Cigala rodeado de ‘su banda’ y la hermana de la actriz, Mónica Cruz, que formó parte de la compañía de Joaquín Cortés. Y no es la primera vez que la actriz se acerca al flamenco, pues en ‘Volver’ de Almodóvar canta -por voz de Estrella Morente- una versión por bulerías del conocido bolero. El especial, publicado en la edición de diciembre de 2007, ve la luz dos meses antes de que dé comienzo en Nueva York la octava edición de Flamenco Festival USA, que llevará a artistas de la talla de Carmen Linares, Tomatito o Eva Yerbabuena a escenarios como el City Center de Nueva York, el Lisner Auditorium de Washington y el Carnival Center de Miami.
Fuente: flamenco-world

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